martes, 17 de noviembre de 2015

Maratón de Valencia 2015 - Disfrutando del Maratón

Maratón de Valencia de 2015, y ya van tres ediciones consecutivas acabándola. Cada una de una forma completamente diferente. Con más o menos dignidad. Con más o menos respeto. Con más o menos conciencia. Con más o menos consciencia.

Ésta vez tocó disfrutar. Puede que "disfrutar" cuando hablamos de "Maratón" sea una demasiado optimista, pero se acerca mucho a cómo viví este Maratón de Valencia 2015.

Y es que ésta crónica bien podría resumirse en:

0k - Salida. Muchísima gente parada.

5k - Muchísima gente en movimiento. Avituallamiento cómodo. Ritmo cómodo.


10k - La gente corriendo se va disolviendo y se ve el asfalto que pisamos. Consigo beber en el avituallamiento recordando que no son mi punto fuerte. Sigo a ritmo cómodo.

15k - Me doy cuenta de que nunca he usado el GPS en tiradas de más de una hora y pierdo la referencia del tiempo. Sigo tirando a ritmo constante.


21.097k - Paso por la media sin sufrir y pensando que sólo quedan 9k. Si llego al 30 como hasta ahora, está hecho.

25k - Muchísima gente animando. Suena "Todos los días sale el sol". Canto. Los pelos de punta y lágrimas en los ojos. Emoción. Ya casi lo tenemos.
Aprendo a usar el GPS sobre la marcha y vuelvo a tener referencia del tiempo. Estoy dentro del objetivo.

28k - Busco a papá, mamá y a mi hermano entre el público. A la altura del ayuntamiento los encuentro. Menudo golpe de ánimo. ¡No llores y corre! Estamos en un Maratón, no viendo el Diario de Noah.

30k - Este año no puedes conmigo.


35k - Molestias en el tendón de aquiles derecho. Con dos palmadas de los nenes del público se olvida todo tipo de dolor. Hace tiempo que he dejado de intentar beber con normalidad. Me tiro el vaso de bebida isotónica a la cara y lo que entre ha entrado. Seguimos para bingo.


38k - Vuelvo a ver a mi familia. Parece que se han situado en kilómetros estratégicos. Últimos kilómetros sobre las nubes.

40k - No flipes. Una collejita en forma de flato, que te estaba viendo demasiado crecidito; debió pensar Filípides. A controlar la respiración los 2 últimos kilómetros y a llegar con la cabeza bien alta.

42.195k - Desaparecen dolores, flatos, y sólo queda alegría, satisfacción, calma. Lo conseguimos.


A día de hoy (08/05/2016), sigo pagando el coste del Maratón de Valencia 2016. Di tanto, durante tanto tiempo, entrenamientos, días de lluvia, de calor, cansancio, sacrificios, que aquel 15 de Noviembre de 2015 me quedé vacío. 

Lo que tengo claro es que no pienso forzar la vuelta. Ésta ha de ser natural y con un nuevo objetivo ambicioso, divertido y, sobre todo, alcanzable. 

Nos vemos en las carreras.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Pulso Cabeza y Corazón

Cuando cabeza y corazón echan un pulso pueden ocurrir  dos cosas: que uno de los dos salga mal parado del lance o que ambos dos acaben fortalecidos de tan dura batalla.

Y eso es lo que me pasó a mí. 

Ya acaba la preparación específica para el Maratón de Valencia del próximo 15 de Noviembre.

Se acaba la carga de kilómetros después de un mes de Octubre en los que superé por primera vez los 200km. 

Tan sólo falta la última prueba de fuego, la última tirada larga (32k). Pero algo pasa en tu cabeza que te dice que no vas a poder.

Son muchos factores, muchos detalles a tener en cuenta para que este entrenamiento salga bien. Factores físicos, psicológicos, incluso ambientales.

- Es muy difícil. ¿Para qué intentarlo? Dice la cabeza.

- Pero tenemos ganas de hacerlo y son muchos meses de preparación para empezar a tirarlos por la basura a última hora. Contesta el corazón.

Podéis imaginar quien tiene todas las de perder en una guerra mental. 

Exacto. 

Cuando la cabeza gana el corazón se queda resentido. Él sigue creyendo que podrían haberlo hecho. No puede acabar así.

Es un día largo de intentar autoconvencerme de que puedo, pero la cabeza desde su sillón presidencial y la perspectiva de superioridad que le otorga la altura repite una y otra vez que no.

Acabó el día sin lograr ni tan siquiera intentar alcanzar el objetivo, pero no quedar así.

Lunes, viento, lluvia, frío. Los dioses del Olimpo se han puesto de acuerdo para cerrarle la boca a la cabeza.

Vamos a demostrar que sí se podía, y lo ponemos un pelín más complicado. ¿Qué tal si en vez de un recorrido lineal nos ponemos a dar vueltas en círculos (de 2km) hasta completar 32? ¿Podremos?

Pues claro que podemos. Hoy quien manda es el corazón.

Y así es. Vuelta tras vuelta, zancada tras zancada, metro a metro se van completando los 32km; bajo la mirada atónita de la cabeza que no puede más que permanecer en silencio y aplaudir.

Se acabó. Pudimos.

Y es en este momento cuando aprendo algo:

"Tanto si crees que puedes como si no, tienes razón".

Y aterrizamos en el mes de Noviembre con la vista puesta en Valencia.




¿Podremos?

¡Pues claro que podremos!


"Si buscas excusas, lo más seguro es que las encuentres"


martes, 15 de septiembre de 2015

#NoAlToroDeLaVega

Necesito desahogarme, lo necesito de verdad.

Martes, 15 de septiembre de 2015. Hoy se ha celebrado un año más el popular "Torneo del Toro de la Vega" en la localidad vallisoletana de Tordesillas.

Algunos conoceréis su temática, otros (espero que pocos) no. Básicamente de lo que se trata es de matar. Matar de la forma más sanguinaria y con el mayor ensañamiento posible a un animal.

Un toro es soltado en el mencionado pueblo y conducido hasta campo abierto, donde los vecinos armados con lanzas, a pie o a caballo tratan de asesinarle con mayor o menor acierto.

Yo, hoy, me siento culpable de la muerte de Rompesuelas (Así se llama el toro que ha tenido la "suerte" de participar y "disfrutar" en primera perdona de este tradicional festejo.

Me siento culpable porque formo parte de esa sociedad que ha permitido que con leyes que maltrato animal sea considerado legal e incluso una "Fiesta Nacional".

Me siento culpable porque formo parte de esa sociedad que tiene sed de sangre, ansia por matar y afligir dolor a cualquier ser que consideremos inferior.

Me siento culpable porque seres de mi misma especie se regocija de que unos "locos de los animales" sufran al ver otros animales sufrir.

Creo que hemos perdido la razón. Esa sed de sangre ha hecho que pronunciemos frases como:

"El toro tiene que morir"
"El toro no puede morir de otra forma que no sea ser lanceado"
"Tan sólo es un animal"
"El toro sufre pero no siente dolor (cuando una hoja de lanza de 50cm le atraviesa)"

Da igual que numerosos verdaderos defensores de los animales se encadenen o realicen una sentada pacífica para evitar que un animal sea masacrado, al ser humano lo único que se le ocurre es seguir con el festejo arriesgando vidas conscientemente. 

Hemos llegado a un punto en el que el sadismo nos supera y ya ni acabar con la vida de un animal sacia nuestra sed de sangre.

Animal que ha conseguido escapar de zona "legal" donde puede ser lanceado. De nada le ha servido, pues cuando no podía aguantar más un "valiente" le ha asestado el golpe de gracia final para después salir corriendo. Golpe de gracia que ha acabado con la vida de un animal desorientado, que no sabía qué estaba ocurriendo, que tan sólo sentía lanzas entrando y saliendo de su cuerpo, que buscaba una mirada que le explicase algo de lo que estaba ocurriendo.

Cuando por fin se ha acabado todo su sufrimiento, el torneo se ha declarado nulo por... ¿Y a quién le importa el motivo? ¿Ahora quién devuelve a la vida a Rompesuelas para explicarle que no debería haber muerto? ¿Que su muerte ha sido en vano?

Nada de eso va a ocurrir ya.

A pesar de todo, Rompesuelas no ha estado solo. Muchos corazones eran los que arropaban.

Tan sólo espero que todo este sufrimiento algún día tenga su recompensa y que todo quede en un feo recuerdo.

Buen viaje Rompesuelas.





#NoAlToroDeLaVega